domingo, 30 de septiembre de 2007

En Puerto Real

En Puerto Real,
pensado en tí...
...Para variar.

Es curioso como aquí
sube y baja la marea
tan pronto estás junto a mí
como que tan pronto te alejas y,
pienso que mi marea eres tú.

Tan pronoto estas junto a mí
como que te alejas tanto
que parece que tu ausencia nunca tiene fin.

Quisiera estar seguro
de que algún día volverás
con tus manos llenas de besos
y que conmigo,los compartirás.

Quisiera para siempre
haber sido tu mar
para bañarte en mis olas
el tiempo que te he de amar.

Habitación sin vistas

Desde la ventana de mi cuarto,
no puedo ver el mar
ni tan siquiera puedo escuchar
el murmullo de las olas
pero veo millones de lucecitas
que como luciérnagas laboriosas
iluminan el cielo de la noche
de esta gran ciudad
extremadamente bulliciosa.
Existe una avenida
que como una aorta la recorre
de punta a punta,
la atraviesa de parte a parte,
y por los lados
infinidades de callecitas
que como brazos
salientes acaban en la mar.
En Cádiz,
todo está cerca,
nada está lejos.
La primera vez que la ví
me quedé maravillado
no por la obra de los hombres
sino por la labor y
la gracia de su mar.
Ese mar que tanto me fascina
y al que tanto quiero,
que tanto me ha dado
y que tanto me ha inspirado.

El Mar, el mejor aliado

Y la mar, que es la madre
de venturas y desventuras,
se viste con sus mejores galas
para recibirnos a todos,
no le importa el credo
ni el color de la piel,
ni la lengua que hables:
la mar entiende todas las lenguas.


El mar,
como la tierra y los montes
el cielo y las estrellas,
los vientos y como el aire
respira y regala libertad.


Siempre nos recibe
con los brazos abiertos,
igual le da que lloremos
o que riamos en su orilla.


El mar, no es como nosotros
no conoce fronteras,no tiene limites.

En el mar,
siempre existe el horizonte
y aunque le demos diferentes nombres
el mar, sigue siendo el mismo.


Quisiera conocer del mar las dos orillas,
quisiera conocer del mar los dos amaneceres,
quisiera conocer del mar todas sus playas
quisiera conocer del mar todas,todas sus maravillas.


Quisiera poner el rumbo de mi vida
en las manos templadas de la mar,
para poder poco a poco perderme
en la calma de su tempestad.



Quisiera poder traspasar
las fronteras de cristal del mar,
y que la resaca me devolviera
por el camino mágico y abierto,
de lo mejor de mi existencia y,
de nuevo hacia la libertad.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Vuelo de Paloma

Siento el batir de tus alas
sobre mi cuerpo de humano,
y me estremezco...,y siento,
cuando estoy a tu lado
que mis pies se salen por fuera
de la tierra y me siento atado,
amordazado y como dormido.

Veo como vuela la paloma
recorro mi interior y siento
tus frágiles y a la vez potentes alas...
inalcanzables...,
y te siento planear por el cielo
de mi vida, a contramano,
entorpeciendo el tráfico de mi sangre
pobre sangre de ser humano,débil...,
alterando el camino de mi limitada libertad.

Quisiera imitar un vuelo de paloma
para poder confundirme con el vuelo
de tu vuelo, en el cielo de tu asombrosa libertad.

Quisiera respirar
la paz que tú respiras,
perdiendome en el aire
de tu verdad,
colándome en el seno
de tu vida,
como si de un vuelo
de paloma,se tratase.

Volar junto a tí, rozar tus nubes
con mis pobres alas de humano,
y ver tu cara en las estrellas
y sentir la fina lluvia del amanecer,
rodeado de tus brazos.

Si tú quisieras...

Si tú quisieras...,
yo sería un hombre
con encanto y tendría,
el encanto del viento
acariciando las flores,
en un tibio atardecer de otoño.

Si tú quisiras...,
yo sería un hombre con el encanto
de las finas gotas del rocío,
posándose sobre tus hombros de mujer...

Yo sería un hombre con encanto
si tú,quisieras aparecer en mi vida,
como una exclamación de ayuda
y mis manos pudieran,
acariciar tu cuerpo de mujer
y mis labios pudieran,
besar tu boca de mujer.

Si tú quisieras...,
mis ojos de ciego soñador enamorado
admirarian la belleza de tu pelo,
suelto en el viento del amor.

Si tú quisieras yo sería tu amor,enamorado.

Morirse al mar

Morirse al mar es, desgranar una a una
las olas que mueren en la playa y,
cantar con alabanzas las andanzas de las rocas
revestidas de azul plata...,
a las primeras horas del atardecer.

Morirse al mar es,
andar descalzo por la playa
en la angustia del morir diario,
con el horizonte como espada.

Y morirse al mar es,
bajar la guardia en las corrientes
y los cambios de colores como locos por llegar.

Morirse al mar es,
ir deshojando las margaritas de la vida
esperando el más allá,
con esa certeza incierta
del que nunca va a llegar.

Morirse al mar es,
probar el salitre de la playa
y el olor maravilloso de la vida,
cuando se llega a la mar.

Y morirse al mar es cargar
con la tristeza de la vida,
consumiendo la esperanza
del nuevo despertar.

Morirse al mar es,
alabar el rompimiento de las olas
cuando chocan con las rocas,
y sentir sobre la piel
cada una de las gotas
que quizás,nunca vuelvan a llegar.

Morirse al mar es,
morirse al mar.