Enterrado entre tus brazos vigorosos
arranqué con mis versos de poeta,
cantándole a la vida, mi alegria
de verte a la vera de mi puerta.
Yo sé bien que no me quieres,
que tus besos devoran las distancias
que tu alma calcula los futuros
mientras mi alma añora, tus caricias.
Mujer de mirada fría y heladora
poetisa del polvo y de la piedra,
regalando el aire que me devora
como espinas de los rictus de la rabia.
Mis ojos son quejidos en el viento
mi alma está llena de flores marchitadas,
por tu desamor vago,herido de la muerte
deseando llegar a mi tumba,tan ansiada.
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