Una taza de café y un cigarrillo
lleno de plantas el salón y yo, soñando,
en la blanca quietud de los visillos
se divisan las ventanas,bostezando.
Mis libros y cuartillas,dispersados
sobre una mesa un tapete de ganchillo,
y unos versos,apenas diseñados
plasmados en mi eterno cuadernillo.
Los dioses y las musas se recrean
llenando mi sentir cada jornada,
ante una taza de café y un cigarrillo
cuyos humos se entremezclan,enlazados,
sobre la mesa con tapete de ganchillo.
Y en las cuartillas de mis noches solitarias
donde el silencio llora,
y el tic tac del reloj es un latido
los versos que se escapan de mi boca,
son eco de mi mundo incomprendido;
y lloro cuando escribo,porque pienso,
¡en tantas cosas bellas que yo ignoro!
En tantas cosas bellas ¡que yo quiero!
Y siento que este mundo de quimera
que solo por la noche es algo mío,
vivirá eternamente aunque yo muera
entre las plantas del salón y mi sillón vacío,
ante una taza de café ya consumido
y las cenizas de un extinto cigarrillo,
sobre la mesa con tapete de ganchillo.
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