Me gustan esas tardes sosegadas
que al ocaso se refrescan con la brisa,
en que vaga pensativa la mirada
en que el alma se despierta enamorada,
y los recuerdos y los sueños, se idealizan.
Me gustan esas tardes sosegadas
en las que cruzan golondrinas y vencejos,
con sus trinos desiguales y estridentes
que en el cielo van trazando sus bosquejos.
Me gustan esas tardes sosegadas
en las que las aguas cristalinas como espejos,
van trazando sus ondas alargadas
susurrando en la taza de la fuente.
Los jazmines,hechos moñas en las macetas
que perfuman suavemente, medio abiertos,
la frescura de las plantas verdes,prietas
que llenan de color el firmamento.
Me gustan esas tardes sosegadas
esas horas tan serenas y tan quietas,
que me llenan de ternuras y de afectos
y se me pone el corazón,un poco más inquieto.
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