Llovía...
Era la tarde tan gris
como mis pensamientos...
Quería evocarte,te añoraba,
y entonces tuve ese sentimiento
de saber porqué lloraba.
Miré tras el cristal de mi ventana:
con mi aliento empañé su transparencia;
puse tu nombre y lo besaba
llenándome los labios desde tu ausencia.
¡Era la tarde tan gris y tan vacía...!
quise borrar tu nombre
y nuevamente presentí la sensación
de que morían,
los mejores recuerdos de mi mente.
Murió la tarde,lluviosa y gris,
y como siempre,tú no estabas.
Mojados los cristales,yo presumía...
Tristezas del recuerdo,te lloraban.
Era la tarde gris...
¡Llovía!
sábado, 27 de agosto de 2011
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