lunes, 1 de septiembre de 2014

SONETO DE LA AUSENCIA



¿En qué rincón del cielo te has dormido
para llegar allí y despertarte?
y ser feliz hermana,en cualquier parte,
en la quietud eterna del olvido.

No soy nada,sin tí y tú te has ido
cansado estoy de andar y de buscarte.
Mi voz murió sin voz,porque al llamarte,
el mismo corazón cesó en latido.

Si puedo ver colmado tanto anhelo;
indicio de mi afán y mi desvelo,
si encuentro en mi vagar alguna huella.

No me niegues hermana,ese consuelo
y deja que disfrute de tu cielo,
y tenga yo al morir tu misma estrella.

Por el Casco Antiguo

"Repaseando de nuevo por las viejas calles de mi ciudad 
me sorprendió una lluvia fina,
que hizo que mi cuerpo sintiera el abrazo del frío,
del agua en la noche,
y mis ojos vieron la luna cuando miré hacia arriba y,
el agüilla clara en hilos suaves me recorrió la cara.
El reguerillo más grande
en tan solo un instante, se posó en mis labios.
Cien lunas,una en cada hilillo me besuquearon y,
al dar un suspiro sorbí el reguerín 
que había hecho un pocillo en la comisura de mis labios.
Por mi boca abajo me llegó a la entraña y de un beso de luna,
de luna y estrellas se llenó mi alma.

ATARDECER




En las ociosas horas campesinas
yo gusto de beber los viejos vinos,
en altas copas de cristales finos
y claras resonancias argentinas...

Huyendo de invenciones peregrinas
vuelvo siempre a mis clásicos caminos,
y busco limpios versos cristalinos
de viejos tiempos,por las cuatro esquinas...

Pasan las horas con su lento paso
y yo, junto a Ariel y Los Fronterizos
voy recordando rimas olvidadas...

Se ha ido el sol de las copas de los árboles
y de la noche nueva a los balcones
ya hay,algunas estrellas asomadas...



Josemaria López-Lago Fernandez
Valduro,Agosto de 2010