¿En qué rincón del cielo te has dormido
para llegar allí y despertarte?
y ser feliz hermana,en cualquier parte,
en la quietud eterna del olvido.
No soy nada,sin tí y tú te has ido
cansado estoy de andar y de buscarte.
Mi voz murió sin voz,porque al llamarte,
el mismo corazón cesó en latido.
Si puedo ver colmado tanto anhelo;
indicio de mi afán y mi desvelo,
si encuentro en mi vagar alguna huella.
No me niegues hermana,ese consuelo
y deja que disfrute de tu cielo,
y tenga yo al morir tu misma estrella.
1 comentario:
Precioso poema, pero yo ya sabía que eras un poeta Jose María
Publicar un comentario