Poco a poco,el rotorno hace que las aguas vuelvan a su cauce,por el momento,nada o casi nada ha cambiado.
Nunca nada,ninguna idea,ninguna palabra de aliento,ningun gesto aprobativo,ninguna mira de complicidad...,ninguna aceptación de mis sentimientos;y en tonces me viene a la cabeza,la pregunta tantas veces echa y tantas veces rechazada:¿Qué ocurrirá después?
En mi callada tristeza
los dedos de la lluvia,
me golpean suavemente el hombro.
Oigo la voz del viento y todo se me hace luz.
Con mi callada tristeza,quiero llegar a ninguna parte,y van pasando lentamente los minutos y los momentos de mi vida y,en mi callada tristeza,siento como la muerte se me acerca,dándome cuenta de que vivir es importante.
Ya nadie me escucha,ni siquiera tú.Que en nuestros silencios,cada vez más largos,no nos hablamos;antes lo hacíamos con la mirada,ahora ya,ni tan siquiera eso.No nos atrevemos ni tan siquiera a mirarnos.
Y lentamente,van pasando los días de nuestra acomodada existencia comunitaria,como si de una perfecta unión se tratara.
Y de pronto ha ocurrido,que hemos vuelto a nuestro quehacer cotidiano,en silencio.
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