Estoy en uno de esos momentos tristes,
que vienen hacia mí,lenta,dulce y duramente.
No sé si estoy pensando en tí,
pero pienso y pienso,y sí,eres tú.
Con tu peremne presencia recordándome
cómo se nos van las horas,
cómo se nos van los días...
Somos como dos hojitas
zarandeadas por el viejo e inpenitente viento.
La distancia,sabes,es hija del viento
me gusta mucho esa relación,
habla de tí y de mí
de los dos,como un ciclón.
Escribo diálogos de ausencia
para el tiempo que queda por venirte
¡ qué larga se me antoja,aún sin conocerla
viviéndola,solo,sin tu presencia!
Hoy,para variar tengo ganas de hablar de tí
de tus palabras nocturnas bañadas de miedo,
que me dieron hambre de tu cuerpo
y sólo acerté a decir: ¡Te quiero!
Me gusta repetirtelo continuamente
como intentando taladrarte el alma,
decirte a cada instante que te quiero
como en una canción desesperada.
Me gustas,no lo puedo remediar
¡es que tienes una gracia al caminar,
una nostalgia al hablar, una forma de llorar...
Un incendio para amar!
Me gustas ¿sabes?
y en estos momentos así,tristes,lentos,
que vienen hacia mí,dulce,duramente
me gusta dialogar con tu recuerdo
hermoso,tan hermoso que me parece un sueño.
Antes,casi nunca soñaba contigo
te tengo tan cerca,que nunca,
ni en mis viejas iras
nunca,te olvido.
Te quiero desde antes de quererte
cuando te miraba de lejos,
y mi corazón te acercaba
en el cuerpo del viento.
Y en esta triste dulzura
sólo acierto a decirte:
¡Te quiero!.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario