Hay un infinito eco de soledad errante
en mis palabras,apenas musitadas.
Solo tú has roto mi soledad
parándola en tu corazón,
y, ¿acaso has notado al romperla
que un estremecimiento extraño
sacudió tus venas?
Fué mi alma que se adentró en tu sangre
y recorrió tu cuerpo en busca de tu corazón.
Al llegar a él encontró que sus puertas
estaban cerradas,
las golpeó con un beso que tú confundiste
con un latido reprimido.
Se abrieron al fín
y al entrar,
mi alma besó a la tuya
volvió a tus venas.
y regresó hacia mí.
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